Puedo tener un perro si tengo un gatoCon una educación en positivo, sí puedes tener un perro si tienes un gato. La mayoría de ellos pueden vivir juntos, en armonía, si las presentaciones son las adecuadas y si no han tenido previamente alguna experiencia desagradable (será más fácil si los dos tienen pocos meses de vida).

La llegada de un perro ocasionará pequeños cambios en el hogar como, por ejemplo, tener que elevar el plato de la comida del gato para que no se encuentre a la disposición del perro hasta que los dos se respeten mutuamente. Y, también, preparar un lugar seguro y tranquilo, una zona de descanso elevada o apartada donde el gato encuentre todas sus cosas y pueda acudir cuando quiera alejarse de la familia, incluido del perro (procura que el perro no pueda acceder a la zona elegida por el gato para su descanso).

Para lograrlo y hasta que el gato se encuentre cómodo, estaría bien que el perro permaneciera confinado  en una zona con vayas como las que se usan para limitar la zona a los bebés. De esta manera conseguirás que el gato, a su ritmo, vaya acercándose al perro.

¿Cómo hacer que un gato acepte a un perro?

  • El gato no siempre acepta el acercamiento del perro a la primera y puede bufarle o tratar de escapar, algo que progresivamente irá dejando de hacer y por lo que no debes reprenderle.
  • No los acerques demasiado pronto, espera a que tu gato se sienta seguro. Antes puedes intercambiar entre ellos alguno de sus utensilios para que vayan acostumbrándose al olor del otro. También puedes acariciar a tu perro y transportar el olor en tus manos para, después, dárselo a oler a tu gato y viceversa. Poco a poco, el gato irá acercándose a oler al perro y cuando perciba que no hay peligro, se calmará y aceptará los encuentros de mejor grado.
  • Cuando haya pasado un tiempo, prepara un encuentro entre los dos. Lleva al perro sujeto por la correa hasta la zona donde se encuentra el gato para que los dos se huelan y habla con ellos de manera tranquila. Deberás repetir estos encuentros hasta que los dos animales se sientan cómodos.

Con tiempo y paciencia, el gato se hará a la idea de compartir la vida con un perro y se harán buenos amigos.

Preparación del primer encuentro

El primer encuentro deberá producirse cuando los dos animales estén tranquilos. Tú también deberás estar relajado para no transmitirles tu ansiedad.

  • Lleva a tu perro a dar un paseo antes de las presentaciones para que esté más relajado.
  • Dales de comer a los dos, al principio en una habitación distinta, para que el hambre no influya negativamente en el encuentro.
  • Evita los ruidos en la habitación en la que van a producirse el encuentro.
  • Sujeta la correa del perro con la mano para controlar sus movimientos y di No con firmeza si intenta abalanzarse sobre el gato.
  • Acaricia a tus animales, habla con ellos suavemente, y estate presente en todo momento.
  • Al principio, será suficiente con dos encuentros diarios de cinco minutos. Según vayan pasando los días, puedes aumentarlos hasta diez o quince minutos.
  • Cuando observes que el comportamiento del perro y del gato son los adecuados, prémiales con caricias y golosinas.

No fuerces a tus mascotas y deja que sean ellas las que decidan cuando pueden estar más tiempo juntas. Pueden pasar varios meses hasta que puedan quedarse solas en casa.

La adaptación del uno al otro dependerá, también, de su carácter, pero, con paciencia y siguiendo estos consejos conseguirás que sean inseparables.

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